miércoles, 29 de abril de 2009

GEORGE GROSZ (1893 - 1959)


Un artista llamado Georg Ehrenfried, más conocido como el título que señala ésta nueva entrada de mi blog. Se trata de un pintor alemán que descubrí hace pocos días en el Museo Thyssen de mi ciudad natal, mi más que apreciada Madrid, de la cual siempre se descubre algo nuevo y lleno de encanto.

Se puede decir que hace unos cuantos meses volví a tomar contacto con el arte tras cinco años sin entrar a un museo, y Grosz ha sido uno de esos artistas que han llamado mi atención, la atención de una persona que lejos está de ser un entendido de absolutamente ninguna de las etapas artísticas, sino más bien un leve conocedor de rasgos vistosos de todas y cada una de ellas.

Daré algunas pinceladas sobre su vida ya que me he documentado en poca medida que quién era este impactante artista, y entre medias intercalaré algunas de las obras que más me han gustado, y en particular una(La Ciudad) con la cual me comenzó a interesar la obra de George Grosz, que no es sino la segunda de las tres que he querido compartir aquí en mi espacio.


Grosz, vivió en Berlín, en París y en Norteamérica, y siempre fue capaz de plasmar en sus obras su inclinación por hacer del cubismo y el futurismo todo un bloque personal.

Evolucionó desde la copia de obras de Rubens hacia la caricatura, y de ahí a obras urbanas, muchas de ellas más que peculiares, y dotadas de una politización cristalina.

Ya que mencioné antes aquello de fusionar el cubismo y el futurismo, decir también que en multitud de foros de arte se le cataloga como dadaísta, expresionista y surrealista


Ideológicamente, fue una persona que siempre quiso alejarse del mando dictatorial de la extrema derecha que llevaba a cabo el nazismo en Alemania. Es más, se afilió al partido comunista de entonces, pero también se desvinculó de él tras conocer a Lenin y Trotski, quienes mostraban la cara radical de la izquierda, factor que desagradó por completo al artista que nos ocupa, para dejar de "complicarse" la vida con ideologías políticas de los polos más opuestos, algo que podría quedar no tan vigente en sus obras pero sí a la hora de organizar su tiempo y dedicarlo a la pintura y no a la decantación política activa, puesto que ni unos ni otros le convencían.

Llegó a escribir una autobiografía llamada "A Little Yes, and a Big No", casi una década antes de su muerte en Berlín.

Y como ya digo, en el Thyssen de Madrid se puede disfrutar de algunos cuadros suyos, como el ya resaltado The City, de 1916.

sábado, 25 de abril de 2009

HOY

Soportarlo es tan difícil como disparar al inocente, como emular una pentatónica malmstiliana, como que un novato del ajedrez haga frente a Kasparov, como tratar de escalar el Everest sin la ayuda de un sherpa.

Un nudo en la garganta, una inspiración costosa, una tensión que recorre toda mi espalda, un llanto leve pero continuo, un paseo por Madrid de regreso a casa tras observar cómo se alejaba el coche plateado, con el corazón entregado a la misma persona de quien me despedí hace unos minutos para poner punto inicial a la perfección, la misma que es forjada a base de comenzar la casa por la primera baldosa y no por la primera teja, y la misma que hace requerir que la casa tenga paredes lo antes posible y tratando de comprender que cueste un poco más de tiempo si éstas van a ser firmes.

Dosis de inmadurez y de madurez al mismo tiempo, turno para ver que la persona que transporta mi órgano curado de pericarditis puso las cartas sobre la mesa o los puntos sobre las íes, turno para eso y para que mis palabras saliesen tímidas, acobardadas, sinceras como de costumbre y con un punto de reflexión, el cual desemboca en lo que hoy llevamos a cabo.

Por lo demás, un gran día que uno agradece vivir, y los motivos sólo se comprenden por medio de las deducciones, ya que la única pista se encuentra en la compañía: durante todo el día, mi corazón estuvo casi tan cerca de mí como cuando era solamente mío y residía dentro de mi cuerpo. Hoy, día lleno de momentos emotivos, quien estuvo a mi lado es quien yo quise, quien a mí me dio la gana y a quien hice entrega de eso que algunos denominan vulgarmente "la patata".

Pasan los segundos, los minutos, las horas, y aunque ya vivimos en otro día según el calendario, mi retina guarda su cara sonriendo, su cara llorando, su cara de poder encontrarse mejor, su cara de querer descansar, su cara de haber acumulado todo tipo de momentos, su cara de querer quedarse conmigo, su cara de querer irse, su cara de querer quedarse y dormir abrazada a mí, su cara de querer solucionar, su cara de ver que las cosas no son fáciles, su cara de estar conmigo, su cara de echarme de menos antes de tener que hacerlo sin mi presencia.

jueves, 23 de abril de 2009

AL CUIDADO DE LA SONRISA

Descubrir la sonrisa perfecta siempre fue complicado,
y cuidar de quien la posee casi te arriesga al pecado.

Plantearse esas cuestiones de fortuna, destino o azar,
y abrazarle de nuevo, volver contento, volver al hogar.

Salir del trabajo, encontrar lo buscado o lo no esperado,
y siempre, siempre coincidiendo con algo antes deseado.

Deseos de algo ya palpado, de algo que sin duda ha calado,
convicción de hacerse a ello, o que ello venga improvisado.

Ilusión y realismo, muestras que hoy obvian la realidad,
que ayer la obviaron y mañana resaltarán con vitalidad.

Lo más profundo y el día a día, la sonrisa y quien la mira,
no dejar de ir, estar y cuidarla cuando para y cuando gira.

martes, 14 de abril de 2009

TOP - 22 DISCOS IMPRESCINDIBLES DE LOGAN

ACDC - High Voltage
ACDC - Ballbreaker
BONFIRE - Live Over Europe
BON JOVI - New Jersey
BON JOVI - Slippery When Wet
BRUCE SPRINGSTEEN - Nebraska
BRUCE SPRINGSTEEN - Magic
DEEP PURPLE - Made in Japan
DEEP PURPLE - Burn
GUNS & ROSES - Appetite for Destruction
GREAT WHITE - Once Bitten
MAGNUM - Brand New Morning
MCAULEY SCHENKER GROUP - Perfect Timing
MCAULEY SCHENKER GROUP - M.S.G.
PRIDE OF LIONS - Pride of Lions
RAINBOW - Difficult to Cure
SCORPIONS - Humanity Hour
TESLA - The Great Radio Controversy
VAN HALEN - 5150
VAN HALEN - 0U812
WHITESNAKE - Saints & Sinners
WHITESNAKE - 1987

jueves, 2 de abril de 2009

DUBLÍN

Tras haber visitado por primera vez el Reino Unido, ya puedo dar mi opinión sobre la capital irlandesa, donde estuve el fin de semana pasado en compañía de mi novia.

Se trata de una ciudad con mucho encanto, en la que predominan las catedrales, los museos de diversas índoles, los acogedores pubs donde sirven la original y nativa cerveza Guiness así como el delicioso whiskey Jameson, las largas calles dotadas de casas cada cual decorada de un modo concreto y a su vez siguiendo un orden con las demás...

Dublín se deja recorrer en un fin de semana fácilmente, y todos aquellos lugares emblemáticos céntricos y no tan céntricos se pueden ver en ese plazo, dos días, e incluso dedicando un día entero a andar, se puede visitar en tan solo un día, tal vez no con la dedicación que requiriese, pero sí realizando una ruta fluida y no falta de reseña cultural (Trinity College, St Patrick Cathedral, National Gallery, etc.), de recreo(Temple Bar) y multitud de tiendas donde poder escoger souvenirs a placer, entre los cuales destacan esos enanos pelirrojos con atuendo verde, los enormes sombreros del mismo color de la hierba, los llaveros con la insignia del típico trébol...



Es un lugar frío pero no tan húmedo como cantidad de gente afirma. Evidentemente es fácil encontrar muchas ciudades más secas que Dublín pero la humedad irlandesa desde la experiencia vivida allí, no me parece incómoda, sino simplemente un factor a tener en cuenta a la hora de llevar el vestuario adecuado y en un momento dado no escatimar en ropa de abrigo donde estén presentes las sudaderas con capucha. Cierto que para ser primavera, la temperatura es algo baja, pero ya digo, a poco que la persona sea práctica y previsiva, los grados no supondrán un problema, y menos problema aún si la visita se ciñe a andar en todo el tiempo que uno pasa en el exterior.

Bajo mi punto de vista, es prescindible visitar la fábrica de Guiness, ya que lo indicado es verla, recorrerla por fuera, fotografiar su fachada y vivir la experiencia de la cerveza negra, tomándola en el emblemático club irlandés Temple Bar, acogedor donde los haya, con música tradicional en directo y una decoración magnífica.



Visitar la National Gallery merece mucho la pena si se viaja con una persona que pertenezca al gremio artístico y/o sepa disfrutar de los cuadros siempre que se adentra en un museo. En mi caso, fue así, dado que a mi novia le apasiona y pudimos aprovechar para ver la exposición de Thomas Roberts, en la cual me sentí de lo más a gusto y con servicio de guía propio, el mejor que podía tener.



Cabe destacar también que el hecho de ser una ciudad con río (The River Liffey) da mucha vida a la ciudad, como pasa con el Danubio que separa Buda y Pest.
En el caso del Liffey, hacemos alusión a otro gran río, de largo recorrido dentro de lo que cabe y que queda arropado por puentes, algunos de mucho encanto como O´Connell Bridge y alguno que otro algo más sencillo pero con distintas peculiaridades.



En lo que a la gente se refiere, nos topamos con muchas personas amables, serviciales y dispuestas a echar una mano para orientarnos, y muy poca gente que hiciese poco por resultar hospitalaria.

Nuestro hotel se encontraba a las afueras en dirección oeste, y para ir y venir del centro nos movíamos en el Luas, parecido a un tren sin el agobio subterráneo que supone el mismo, y lo cual te da la opción de ver todos los lugares por los que pasas.

No hará falta decir que recomiendo este viaje, a ser posible teniendo algún día más para tomarlo con más calma y poder degustar más cada una de las zonas céntricas, callejear de una manera más desahogada, que suele ser recomendable para no acumular demasiado cansancio. A mí personalmente, me afectó el cansancio posterior pero siendo consciente de que el ritmo llevado había sido ideal, extrayendo energía del mismo interés mostrado por ver y fotografiar todo aquello que nuestros impulsos marcaron en el plano previa, evolutiva y manualmente.