jueves, 2 de abril de 2009

DUBLÍN

Tras haber visitado por primera vez el Reino Unido, ya puedo dar mi opinión sobre la capital irlandesa, donde estuve el fin de semana pasado en compañía de mi novia.

Se trata de una ciudad con mucho encanto, en la que predominan las catedrales, los museos de diversas índoles, los acogedores pubs donde sirven la original y nativa cerveza Guiness así como el delicioso whiskey Jameson, las largas calles dotadas de casas cada cual decorada de un modo concreto y a su vez siguiendo un orden con las demás...

Dublín se deja recorrer en un fin de semana fácilmente, y todos aquellos lugares emblemáticos céntricos y no tan céntricos se pueden ver en ese plazo, dos días, e incluso dedicando un día entero a andar, se puede visitar en tan solo un día, tal vez no con la dedicación que requiriese, pero sí realizando una ruta fluida y no falta de reseña cultural (Trinity College, St Patrick Cathedral, National Gallery, etc.), de recreo(Temple Bar) y multitud de tiendas donde poder escoger souvenirs a placer, entre los cuales destacan esos enanos pelirrojos con atuendo verde, los enormes sombreros del mismo color de la hierba, los llaveros con la insignia del típico trébol...



Es un lugar frío pero no tan húmedo como cantidad de gente afirma. Evidentemente es fácil encontrar muchas ciudades más secas que Dublín pero la humedad irlandesa desde la experiencia vivida allí, no me parece incómoda, sino simplemente un factor a tener en cuenta a la hora de llevar el vestuario adecuado y en un momento dado no escatimar en ropa de abrigo donde estén presentes las sudaderas con capucha. Cierto que para ser primavera, la temperatura es algo baja, pero ya digo, a poco que la persona sea práctica y previsiva, los grados no supondrán un problema, y menos problema aún si la visita se ciñe a andar en todo el tiempo que uno pasa en el exterior.

Bajo mi punto de vista, es prescindible visitar la fábrica de Guiness, ya que lo indicado es verla, recorrerla por fuera, fotografiar su fachada y vivir la experiencia de la cerveza negra, tomándola en el emblemático club irlandés Temple Bar, acogedor donde los haya, con música tradicional en directo y una decoración magnífica.



Visitar la National Gallery merece mucho la pena si se viaja con una persona que pertenezca al gremio artístico y/o sepa disfrutar de los cuadros siempre que se adentra en un museo. En mi caso, fue así, dado que a mi novia le apasiona y pudimos aprovechar para ver la exposición de Thomas Roberts, en la cual me sentí de lo más a gusto y con servicio de guía propio, el mejor que podía tener.



Cabe destacar también que el hecho de ser una ciudad con río (The River Liffey) da mucha vida a la ciudad, como pasa con el Danubio que separa Buda y Pest.
En el caso del Liffey, hacemos alusión a otro gran río, de largo recorrido dentro de lo que cabe y que queda arropado por puentes, algunos de mucho encanto como O´Connell Bridge y alguno que otro algo más sencillo pero con distintas peculiaridades.



En lo que a la gente se refiere, nos topamos con muchas personas amables, serviciales y dispuestas a echar una mano para orientarnos, y muy poca gente que hiciese poco por resultar hospitalaria.

Nuestro hotel se encontraba a las afueras en dirección oeste, y para ir y venir del centro nos movíamos en el Luas, parecido a un tren sin el agobio subterráneo que supone el mismo, y lo cual te da la opción de ver todos los lugares por los que pasas.

No hará falta decir que recomiendo este viaje, a ser posible teniendo algún día más para tomarlo con más calma y poder degustar más cada una de las zonas céntricas, callejear de una manera más desahogada, que suele ser recomendable para no acumular demasiado cansancio. A mí personalmente, me afectó el cansancio posterior pero siendo consciente de que el ritmo llevado había sido ideal, extrayendo energía del mismo interés mostrado por ver y fotografiar todo aquello que nuestros impulsos marcaron en el plano previa, evolutiva y manualmente.

1 comentario:

  1. Simplemente genial, con solo leer tu comentario entran ganas de coger la mochila y tirar para Dublin, genial Logan, no dejes nunk de escribir

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