De momento, van llegando las primeras buenas vibraciones, las cuales no diluyen por completo la sensación amarga con la que hoy comencé el turno, pero que es un punto de partida hacia mi propia remontada.
Ésta tarde, voy con mi hermano Mario a ver a Los Cuatro Jinetes de San Francisco, que aunque hoy día quedan tres de ellos, nos sirve para adquirir una buena dosis de James, Kirk y Lars, el mismo Lars que grabó aquellos magistrales ritmos en One y Harvester of Sorrow a finales de los años 80.
Presiento que el día irá a mejor, voy a trabajar en ello para que todo salga a pedir de boca dentro de lo bien que puedo estar. Hoy es día de concierto, buena compañía y evasión total de la rutina una vez ponga el pie en la calle.
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